
*antes de la pandemia el trabajo era bajo, actualmente está peor por falta de eventos sociales.
Isabel Gutiérrez/Minatitlán.- Desde hace 27 años, Jacobo Peralta Castillo, labora para una conocida empresa de fotografía en Minatitlán, reconoce que antes de que llegara la pandemia el negocio de la fotografía de estudio o tradicional, iba a la baja, esto debido a los avances tecnológicos y desde la aparición de las cámaras digitales, las cuales fueron desplazado las cámaras mecánicas y por ende agilizando los trabajos del revelado de fotografía.
En la actualidad los celulares compiten entre ellos para tener mejores cámaras y que las personas puedan capturar imágenes con mejor nitidez, para compartirlas con sus amistades en redes sociales, además que es más barata a comparación de la contratación de un fotógrafo profesional en un estudio.
Sin embargo pese a que existe mejor calidad porque la imagen es capturada con todas las técnicas aprendidas por muchos años de estudio de un fotógrafo profesional, aunado a la durabilidad de la fotografía impresa, la población opta por irse a lo económico, rápido y sencillo, sin percatarse que con ello se corta la generación de empleo, la compra de insumos, y por si fuera poco, impide el crecimiento de un artista en desarrollo visual.
Agrega el entrevistado que el oficio del fotógrafo es muy noble, pero desde que comenzó la pandemia por el Covid-19, tuvieron que cerrar y no trabajaron por un lapso de 4 meses.
“Eso aunado a que todavía no hay eventos sociales, los fotógrafos no tienen actividades ni imágenes que imprimir, eso también nos afecta a nosotros como laboratorio fotográfico”.
El entrevistado consideró que de un 100% de la concurrencia de los fotógrafos a revelar sus imágenes a los laboratorios se desplomó en más de un 35%.