
Canino muere desangrado tras ser castrado en Chinameca.
José Vargas. Un perro fue brutalmente castrado de manera artesanal, sin asistencia veterinaria, sin anestesia y en condiciones de total brutalidad. A consecuencia de la mutilación, el animal agonizó por horas hasta morir desangrado, esto en Chinameca.
Vecinos señalan que esta no es la primera vez que en esa zona ocurren hechos de este tipo. De acuerdo a denuncias ciudadanas, existen antecedentes graves: en el pasado, este mismo sujeto —cuya identidad omiten por seguridad— habría mutilado a otro perro al que le arrancó los testículos porque montó a una perra suya, que ni siquiera había sido esterilizada y ya había parido anteriormente. Peor aún, los cachorros que nacieron habrían sido enterrados vivos.
El agresor, además, es señalado por mantener a varios perros en estado extremo de hambre para utilizarlos como herramientas de caza. Según relatan habitantes de la zona, estos animales son llevados al monte hambrientos para que, en su desesperación, rastreen y atrapen animales silvestres. Parte de lo cazado termina como “ofrenda” a ciertos funcionarios y autoridades locales, quienes pese a saber que estas prácticas son ilegales lo aceptan, perpetuando el clima de impunidad.
Hace algunos años, hubo intentos ciudadanos de frenar esta violencia. Una persona logró incluso que el agresor fuera citado ante el regidor municipal; sin embargo, en la cita el denunciado no se presentó y después el asunto quedó en el olvido tras manipulaciones en los horarios de las reuniones. Desde entonces, las denuncias no prosperaron y el agresor continuó operando con total libertad.
“La autoridad municipal promete castigo”
Esta vez, ante la ola de indignación, el presidente municipal de Chinameca, Ramiro Alemán Valencia, declaró públicamente que el caso “no quedará impune” y que “se dará con los responsables de tan aberrante situación”, asegurando que las investigaciones están en curso.
“El sur de Veracruz: un corredor de violencia animal”
Este crimen en Chinameca es solo el capítulo más reciente de una serie de atrocidades ocurridas en el sur de Veracruz:
• En Oluta, un sujeto asesinó a puñaladas a un perro en un ataque directo que dejó a la comunidad consternada.
• En Minatitlán, el pasado 9 de junio, el caso de Pandita estremeció a la región: el perrito fue ejecutado a balinazos en su propio hogar, tras amenazas de vecinos que se quejaban por sus ladridos.
• En Coatzacoalcos, dos perros en grave estado de maltrato y abandono fueron rescatados gracias a la intervención de activistas protectores y ciudadanos, quienes actuaron al ver la indiferencia de las autoridades.
Un llamado urgente al gobierno estatal
Colectivos protectores de animales y ciudadanos de todo el sur de Veracruz exigen ahora una intervención inmediata de la gobernadora Rocío Nahle García, para que se refuercen las leyes, se castigue ejemplarmente a los responsables y se termine con esta cadena de violencia que se extiende por varios municipios.
Advierten que la permisividad de los últimos años ha generado un clima de impunidad absoluta, donde quienes cometen estos actos de barbarie lo hacen con total confianza de que no enfrentarán consecuencias legales.
Hoy, los animales en el sur de Veracruz siguen muriendo víctimas de la crueldad humana, mientras las autoridades tienen en sus manos la oportunidad y la obligación de frenar esta cadena de horrores antes de que siga cobrando nuevas víctimas.


