
Por culpa del Covid-19…
Isabel Gutiérrez/Reporte365.- Pese a la pandemia del coronavirus, Don José y su mujer, no han dejado de salir a trabajar ni un solo día, ya que se ganan la vida pepenando de la basura todo aquel artículo de chatarra, como es el metal, lata, aluminio, cobre y demás.
Pero lamentablemente, hasta a ellos les alcanzó la crisis de la pandemia, y no precisamente por la enfermedad, sino del bajo precio con el que en estos momentos las empresas dedicadas a la compray venta de “chatarras”, les pagan a los pepenadores.
Tal es el caso del señor José Pucheta Chotal, quien por su edad de 65 años y con la dificultad que presenta en su oído, no tuvo otra alternativa que dedicarse a trabajar en el basurero como pepenador, ganando entre 30 a 50 pesos al día, lo que le impide pagar los servicios de un médico especialista, para valorar el problema que tiene en su oído y así pueda escuchar mejor.
Tenía la esperanza de acceder a uno de los programas federales para los adultos mayores, pero todavía no tiene la edad, “no tenemos apoyo de nada, llevé mis papeles y me dicen que hasta los 75 años, ¿entonces cómo le hago?”, expresó.
Comentó que desde temprano salen a pepenar al basurero, 30 a 40 kilos de chatarra que sacan apenas les alcanza para las tortillas, huevos y unos tomates y ya, no más.
Según con la remediación del basurero les iban a apoyar en algo, pero hasta la fecha no han visto claro.
Narró que antes de la pandemia, los envases de vidrio de la Pepsi o Coca, los compraban a 3 pesos, ahora lo bajaron a 1.20; las latitas de aluminio de los mismos refrescos se las compraban a 2 pesos, pero la bajaron a 80 centavos; el cobre antes del virus lo pagaban a 50 pesos, ahora lo pagan a 10 pesos el kilo; las latas de aluminio de cervezas las estaban pagando a 10 pesos, ahora la pagan a 5 pesos; situación que han venido afrontando desde hace un mes los pepenadores en Minatitlán.
Y por si fuera poco; el incendio ocurrido a mediado de año en el basurero de Cosoleacaque les vino afectar, ya que para sofocarlo las autoridades rellenaron con tierra y ahora con las lluvias el lodo les llega hasta las rodillas.
Por tal razón, el entrevistado a través de este medio solicitó alguna persona que desee proporcionarle alguna ayuda, ya que desde hace meses han estado padeciendo la falta de alimentos y lamentablemente no han recibido ayuda de ninguna índole.