Isabel Gutiérrez/Cosoleacaque, Ver., a 18 de febrero 2021.- Era un muchacho alegre y trabajador, pero le cortaron las alas a los 20 años, a alguien que era un buen seguidor de Dios”.
Así describen sus amigos a Felipe de Jesús Reyes Torres, el muchacho asesinado la noche del miércoles de Ceniza, después de apoyar en el servicio religioso de la iglesia.
Entregado a su fé desde muy joven, no sólo era parte del coro, sino que apoyaba en cualquier cosa que pudiera dentro de la iglesia.
Esa disposición a siempre apoyar, lo colocó en el lugar equivocado y el momento menos adecuado, quedando enmedio de una persecución y de donde surgió la bala que acabó con su vida y sus sueños.
En entrevista en el Portal Reporte 365, se captó el dolor de la familia de Felipe, un joven que cursaba el 4 semestre de la carrera de ingeniería electrónica en el Tecnológico de Minatitlán.
Un moño negro contrasta con la verde fachada, en señal de luto por la muerte del más pequeño de cuatro hijos, a quien desde hace cinco meses acompañaba la tristeza, por la pérdida de su madre que fue víctima del cáncer.


Su hermana mayor de 4 hermanos, Yadira, Felipin como le decían de cariño era el más pequeño, quien lo crió desde pequeño, para ella era como su niño, “él estaba orgulloso de quien era”, no fue un niño como los demás, pues siempre estuvo cerca de la iglesia.
“Felipe era un joven muy alegre, un joven ejemplar. Para mí, él era mi bebé, porque yo lo cuidé” recuerda con los ojos de dónde siguen fluyendo lágrimas, a pesar de estar tan hinchados.
Cuenta cuanto le gustaba ir a la iglesia y disfrutaba pertenecer al ministerio de música, pues tocaba pandero, guitarra, batería, jarana y los teclados.
Dice que desde anoche tuvieron el apoyo del alcalde de Cosoleacaque, Cirilo Vázquez, para brindarle todo lo necesario y dar con los criminales que le arrebataron la vida.

PREPARAN MARCHA PARA EXIGIR JUSTICIA

Los familiares y amigos, que preparan una marcha para exigir justicia por su asesinato.
“Era un buen chico que no guardaba rencores. Él no merecía morir, no merecía esto. Por eso vamos a pedir justicia” concluye.
Sobre la calle, la gente acompaña a la familia. En el patio, algunas mujeres preparan los tamales para el velorio. El sepelio será este viernes a las diez de la mañana.
Adentro de la casa, junto al ataúd que guarda el cuerpo de Felipe, sus amigos cantan esas mismas canciones ensayadas quizás por el chico alegre al que la muerte le llegó por sorpresa.

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